
Los productos que te ofrece un mercado son sin duda su mejor valor; y el de Nuestra Señora de África cumple sobradamente con esa condición. La recova es un homenaje a los alimentos locales, de kilómetro cero. Llegan frescos y cualquier chicharrero sabe que, si se busca calidad, es aquí donde hay que acudir: carnes, aves, frutas, verduras, quesos del país… que llegan de la vecina Anaga o de otras zonas de la isla y que se venden con el orgullo de ser un producto del país.
El mercado está para pasear y observar el propio edificio, que tiene su encanto. Con su torre y sus dos patios interiores en torno a los cuales se disponen los establecimientos, cargados de productos que esperan venderse. Destaca la luz, los colores y los olores de esta recova, que mezclan los alimentos, con las comidas ya preparadas, ya sean locales o de cualquier parte del mundo, pues el mercado supera las fronteras y podemos encontrar especialidades de otros muchos países y regiones, como Italia o el continente asiático:
Como en todo lugar donde el buen comer se valore, el pan tiene también su importancia. En el mercado hay varias panaderías, con recetas locales y de nuevo, de fuera, con abundancia de panes alemanes… y de repostería internacional y moderna.
En todo el recinto se reparten locales donde comprar los ingredientes para cocinar la mejor de las comidas, pero también locales donde podemos comer, con diferentes platos tradicionales y modernos:
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Y donde el pescado también tiene su espacio. Parte del sótano del mercado está dedicado al fresco género que llega de la cofradía de pescadores de San Andrés o de la Dársena Pesquera. Piezas de roca, pescado en embarcaciones tradicionales o gran variedad de túnidos que llegan de zonas más alejadas de la isla. También aquí mismo tenemos la posibilidad de comer.
Hemos hablado hasta ahora del interior del mercado, pero en su perímetro también se acumulan los establecimientos, muchos de ellos de restauración. El mercado complementa sus instalaciones con un centro comercial anexo y la ‘Rambla Azul’ dedicada a la artesanía. Los domingos se celebra ahí el mercadillo, una excusa más para descubrir los encantos de esta zona de la ciudad.
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