Silencio, se rueda

De todos es sabido que la principal fiesta de Santa Cruz de Tenerife es el Carnaval, semanas de desenfreno en la que los participantes de la fiesta se disfrazan para divertirse y hacer por un rato de alguien que no se es. 

Pero ¿sabían que la propia ciudad también se disfraza? El milagro lo consigue el cine que, con el atractivo de unas condiciones fiscales ventajosas, ha encontrado en las islas el plató perfecto para sus rodajes. Enumerar todas las películas y series que se han rodado es imposible, pero las producciones son tan frecuentes que es habitual encontrarse en Santa Cruz alguna estrella, nacional o internacional. Por nombrar una reciente, circuló una broma sobre que había que empadronar a Gerard Butler, de tanto tiempo que estuvo grabando en estas calles. Tuvo tiempo hasta de ir a ver jugar al CD Tenerife.

Gerad Butler es uno de los que ha disfrazado a Santa Cruz, de Estados Unidos en su caso, convirtiendo las tranquilas calles, o playas, santacruceras en el lugar donde se producen atracos y tiroteos ‘made in Hollywood’. Dicen que es Cádiz la que se parece a La Habana, pero el barrio de El Toscal también ha sido la capital cubana, en la serie del cubano -así que él sabrá bien el parecido- Wiliam Levy. Disfraces de América, pero también disfraz de Europa: Santa Cruz es Atenas en una de las películas de la saga Bourne, tiempo en el que fue Matt Damon -con su español de Argentina- el que era un vecino más. Y famosa es la persecución por las empinadas escaleras del barrio de Valleseco.

Son solo ejemplos que muestran la pujanza de la industria cinematográfica en Canarias, pero son ejemplos en la ciudad. El séptimo arte también se ha fijado en Anaga, que ofrece una cantidad de paisajes capaces de imitar a muchos lugares del mundo con la comodidad de estar a muy poca distancia. Porque Anaga ha sido la selva del Amazonas, en ‘Oro’, pero también la selva guineana en la seria ‘Dos Vidas’, o incluso la puerta hacia otro mundo en la serie ‘Der Greif’.

Y eso  es cine, pero ahora que lo sabe, fíjese bien en catálogos o fotos de moda, en publicidades o programas… Si tiene los ojos bien abiertos verá muchos rincones de Anaga, aunque digan que es otra parte del mundo, unos ojos tan abiertos como los de los productores que se dieron cuenta de las posibilidades que ofrece ‘disfrazar’ al municipio de Santa Cruz de Tenerife.