Paseando entre guanches y el siglo XXI

Cuando se habla del pasado de Tenerife, lo normal es pensar en los guanches. A locales y visitantes les sigue apasionando todo lo relacionado con aquella civilización y el lugar donde mejor se puede conocer lo que sabemos de ellos es el Museo de la Naturaleza  y la Arqueología. Está situado junto al barranco de Santos, hoy un cauce que cruza prácticamente por el centro de la ciudad, pero que hace cinco siglos marcaba la frontera entre la villa y el resto de una isla inexplorada para los europeos. El MUNA ocupa un edificio que en su día fue el Hospital Civil, de ahí que estuviera a las afueras. El museo tiene varias plantas y dos grandes patios interiores visitables. La planta dedicada a los guanches no defrauda, nos explican cómo eran, cómo vivían, de qué se alimentaban, cómo se organizaban… y las teorías que tratan de explicar cómo acabó ese grupo de humanos en Canarias, teniendo en cuenta que cuando llegaron los castellanos, los antiguos tinerfeños no sabían navegar. También aquí vamos a encontrar y poder observar sus famosas momias, algunas encontradas precisamente en el barranco vecino. Pero el viaje al pasado que nos propone este museo no se ciñe solo a los humanos. La historia geológica y natural de Canarias es también apasionante, con un archipiélago que sigue creciendo con cada erupción.

Pared con pared el MUNA es vecino del TEA, el Tenerife Espacio de las Artes, https://teatenerife.es/. El edificio, obra de los suizos Herzog & De Meuron y el tinerfeño Virgilio Gutiérrez, se ha convertido ya en un referente de la ciudad. Pero además del contenedor también es muy interesante el contenido. El TEA alberga el Instituto Óscar Domínguez, el Centro de Fotografía Isla de Tenerife y la biblioteca de la Red Insular, además de acoger exposiciones temporales. Ambos museos se sitúan a pocos metros de la calle de La Noria y de la Iglesia de La Concepción, en torno a las cuales la oferta de restauración es amplia.

También están junto al Mercado Nuestra Señora de África –lugar que merece un par de capítulos por sí solo- atravesándolo y continuando en ese sentido llegamos a la zona donde ha crecido la ciudad, área que hasta hace no mucho estaba ocupada por una refinería de petróleo. Precisamente nos estamos dirigiendo a uno de los antiguos tanques que usó aquella industria, hoy reconvertido: el Espacio Cultural El Tanque. Merece la pena entrar y visitar sus exposiciones. Además aquí también se desarrollan festivales y citas relacionadas siempre con la cultura. El propio espacio y su entorno hacen un doble guiño al pasado, porque está rodeado de plataneras y antes de ser suelo industrial esta misma parcela estuvo dedicada al cultivo que más se asocia a Canarias, el del plátano.