Hay en Taganana un tesoro a la vista de todos. Se encuentra en la Iglesia de Nuestra Señora de Las Nieves y forma parte del patrimonio artístico e histórico de la zona. Taganana puede sentirse orgullosa de contar con una de las escasas manifestaciones pictóricas del siglo XVI de procedencia flamenca que aún se conservan en Canarias: el tríptico de “La adoración de los Reyes”. Se desconoce el momento exacto de la llegada de esta obra a Tenerife, pero se relaciona con el intercambio comercial de aquella época entre Canarias y Flandes, debido a los ingenios de azúcar.
En la adquisición de este tríptico, participaron influyentes personas vinculadas a Anaga, como pudieron ser Melchor de Armas y Pedro Westeling van Cutseghen. El primero fue alcalde de Taganana en 1566 (sí, Tagangna tenía alcalde propio), siendo beneficiario de algunas de las tierras allí concedidas a su padre Juan de Armas, por el adelantado Alonso Fernández de Lugo. El segundo fue propietario del ingenio azucarero de Afur desde 1574 y de varios terrenos de la zona.
El dato más antiguo y fiable de la llegada de “La adoración de los Reyes” a Taganana se recoge en un inventario de 1577. Dos años antes, 1575, es la fecha que se toma para datar su hechura en el taller de Marcellus Coffermans en la ciudad de Amberes.
El tríptico era muy apreciado en aquel momento, las familias pudientes, con gran devoción religiosa, tenían en sus viviendas una sala religiosa, un oratorio donde se exponían estas obras. Los trípticos se podían cerrar, estando plegados hasta el momento del acto religioso, por lo que se cree que esta obra llegó a ser desmembrada para incorporar la distintas tablas al retablo mayor. Fue en 1936 cuando un médico con afición a la pintura reconoció las piezas sueltas como parte de un todo de gran valor artístico y promovió su armado y su correspondiente restauración.
Una obra del siglo XVI
El tríptico de la Adoración de los Reyes es una obra flamenca del siglo XVI realizada en óleo sobre madera, que representa diferentes escenas de la vida de Jesús. En el centro, se ve una representación de la Virgen, San José y el Niño Jesús, junto a unos Reyes Magos que contemplan la escena. A la izquierda se representa la Natividad. Y la Circuncisión, en el ala derecha. La escena principal, la central, es la más rica y la más elaborada. Se representan a los Tres Reyes con edades y rasgos técnicos diferentes, haciendo referencia a Europa, Asia y África. Se aprecia en la pincelada de Marcellus Coffermans el gusto por el detalle, que queda patente en la delicadeza de los rostros y en el tratamiento de las joyas.
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