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Recuerdos de siempre

El queso en Tenerife es un producto con un gran arraigo tradicional, pues está muy presente en las mesas de las Islas, durante la mayoría de las comidas. Los canarios son quesos de alta calidad, sea cual sea la variedad y la zona y son degustados solos o acompañando a otros platos típicos.

En Anaga, el queso está elaborado mayoritariamente con leche de cabra fresca, que ha sido ordeñada, por lo general, de forma tradicional. Una fabricación cien por cien artesanal que lo convierte en un producto muy valorado. 

Este queso proviene de la leche de un animal que se alimenta en las laderas de los barrancos, zona rica en pastos que hace que los quesos tengan toda la esencia y el sabor del Macizo, un sabor auténtico que nos hace evocar nuestra niñez, con sabores de hogar, y aromas de familia, pues es un elemento que conocemos los canarios desde niños. 

Ese arte del pastoreo, con siglos de historia ya que se practicaba desde la época de los aborígenes, sigue presente en zonas de Anaga.

Hoy destaca el queso artesano de leche cruda de cabra. Es un queso fresco, con agradable sabor y un toque salado; y es ampliamente consumido, por lo que su demanda es alta.  En los distintos caseríos de la zona se pueden degustar auténticos manjares de queso fresco que no debemos dejar de probar si tenemos la ocasión. Además de estar riquísimos, aportan proteínas, vitaminas y minerales como calcio o fósforo. Es por ello que el consumo del queso fresco está muy extendido en los hogares canarios.

Una de las características diferenciadoras del queso de Tenerife es la materia prima con la que se elabora, que no es otra que la leche de cabra de razas autóctonas. 

¿Cómo se elabora?

El producto de granja mayoritario es el queso fresco o tradicionalmente llamado queso blanco. La fabricación del queso pasa por diversas etapas o fases de tratamiento, para obtener un producto óptimo. Tras el ordeño, que se hace de forma manual, se procede al filtrado de la leche, que ayuda a eliminar cualquier partícula ajena en el líquido; posteriormente se cuaja, por medio de una coagulación enzimática. Se moldea una vez cuajado, dándole forma con ayuda de algún molde redondeado. Luego viene el prensado/desuerado, que se realiza para eliminar el suero a la vez que se da forma al queso y que se puede hacer también de forma manual o con una prensa. Posteriormente tiene lugar el salado, que endurece y protege la corteza, además de aportar sabor. Y por último el proceso de maduración, que los quesos frescos lo hacen una media de siete días.

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