¡Qué rico el rico mango!

El manguero es el árbol de los mangos (Mangifera India L.) en Canarias. Es una de las frutas tropicales que se introdujeron en las Islas tras la emigración de los canarios a Cuba (y su retorno). Igueste de San Andrés se convierte, con sus paisanos retornados, en uno de los lugares de Tenerife donde mayor éxito tuvo el cultivo de estas frutas tropicales debido a que en aquella época (carente de regadío) era uno de los pocos enclaves donde las condiciones eran óptimas para su crecimiento.

Este encantador pueblo está situado en el valle de Anaga, en la costa de Santa Cruz de Tenerife, a unos 15 kilómetros del casco urbano de Santa Cruz y se accede a él por la serpenteante carretera TF-121 (que va a la playa de Las Teresitas). El término “Igueste”, según algunos investigadores de toponimia es de procedencia aborigen y se traduce como “húmedo”, término que caracteriza la zona del valle entre los barrancos. Otros estudiosos consideran el término una deformación del inglés highest.

Igueste es un pueblo de pintorescas casas blancas, lugar ideal para desconexión entre su fértil valle plagado de mangueros y aguacateros, predominantes entre otras especies tropicales como las papayas, mamey, guanábana, nísperos, guayabos, etc. Los mangueros llegaron a Canarias a final del siglo XVIII y se estableció ya en 1970 su cultivo comercial, sustituyendo a la vid y a la platanera.

La profunda influencia de la cultura cubana queda patente en muchos aspectos de la vida de los canarios, no siendo diferente en la agricultura. La procedencia caribeña de los primeros ejemplares de estos árboles ha sido constatada por varios estudios, que establecen que de esos primeros árboles plantados por los emigrantes canarios retornados, nacieron otros y otros y otros más. Las primeras fincas que acogieron este árbol tropical fueron “la Hoya La Parra y “la Renta”.

El árbol del mango puede superar los cien años fácilmente. Se distinguen en esta zona tres clases de mangueros tradicionales: el macho, el hembra y el “moruno”, aunque este último prácticamente ha desaparecido. Los mangos machos son más pequeños y de forma oblonga y tiene más fibras que el mango hembra. Se dice, por lo general, que son más sabrosos que el hembra. Los mangos hembra dan frutos algo más redondeados, de mayor tamaño y menos fibrosos. Podemos degustar esta rica fruta tropical en el verano, a partir de julio. Estos últimos, los mangos hembra no deben confundirse con las mangas, que también existen en Igueste.

El mango, es muy rico en fibra y agua. En la actualidad, con la evolución de la gastronomía, son numerosas las elaboraciones en las que se puede presentar esta jugosa y sabrosa fruta: en salsas, mousses, tartares, ceviches, compotas, pero está claro que como mejor se puede apreciar es comiéndolo tal cual, como la rica fruta que es.

 

Receta: Ceviche de langostinos con aguacate y mango

Ingredientes: 12 tomates Cherry o 3 tomates medianos, 12 langostinos, 1 aguacate, ½ pepino, ½ mango, ½ cebolla morada, 50 g de millo dulce, cilantro, 2 limones, 2 limas, pimienta, aceite de oliva, una pizca de pimienta y sal.

Preparación: se trocea la pimienta y el cilantro y se reserva, al igual que un limón (que se corta en rodajas). Se exprimen las limas y el otro limón y se cuela, se añade a lo anterior y se deja que se integren. Posteriormente se incorporan los langostinos limpios y se deja macerar. Para montar el plato se corta en dados el aguacate, el mango y el pepino, los tomates y la cebolla, a esto se le añade el millo y los langostinos macerados. Se aliña con aceite y con el líquido de los cítricos, sal y pimienta. Antes de consumirlo se deberá dejar reposar en la nevera unos treinta minutos. Se decora con las rodajas de limón y el cilantro.