El céntrico restaurante Nielsen se consolida como uno de los grandes referentes de la capital con una propuesta de corte clásico con toques nórdicos y creativos
El restaurante Nielsen, ubicado en pleno centro de Santa Cruz, ha celebrado su quinto aniversario. Su propuesta de Grande Cuisine (alta cocina francesa) con toques nórdicos y creativos se ha convertido en un referente gastronómico de la ciudad, recomendado por sus propios comensales en la plataforma Tripadvisor, con reseñas en Google, Facebook y por los expertos de la Guía Repsol. Los artífices de este éxito son el chef danés Danny Nielsen y la jefa de sala, Pili Acosta, que viven este proyecto con verdadera pasión. “Esto te tiene que gustar mucho porque exige una entrega total”, advierten.
El local cuenta con una amplia terraza y una sala con mesas en distintos niveles. También cuenta con una amplia barra, en la que también se puede comer cómodamente. Aquí se miman todos los detalles, desde la decoración hasta la calidad de los productos y el servicio. “Nos gusta que nuestros clientes se sientan como en casa y que disfruten en todo momento sin que noten que estamos pendientes de los detalles. En la sala todo tiene que fluir de forma sincronizada con la cocina y los comensales”, recalca Pili Acosta.
Nacido en la localidad de Esbjerg (Dinamarca) el 19 de junio de 1975, Danny Nielsen trabajó en algunos de los restaurantes más reputados de Europa (todos con estrellas Michelin). Ya en la isla, trabajó en el Hotel Botánico, del Grupo Loro Parque, en los desaparecidos restaurantes El Covacho y El Gusto por el Vino (ambos en Santa Cruz y con una trayectoria de gran éxito), el Grupo Monkey y el Hotel San Roque de Garachico, hasta que 2017 decidió poner en marcha su primer proyecto gastronómico.
El menú de Danny Nielsen para el quinto aniversario incluyó nuevos platos, que tal vez pronto se sumen a la carta, dada la aceptación que han tenido. Para empezar, un atún rojo con huevo pochado y salsa holandesa ligera, realmente exquisito, y acompañado de las burbujas frescas y vibrantes del champagne Pol Roger Brut Reserve, distribuido por la santacrucera vinoteca El Gusto por el Vino.
Después de lucirse con la holandesa, Nielsen apostó por una salsa beurre blanc (en francés, mantequilla blanca) para acompañar un pescado al horno con camarones XXL crudos y ahumados, una técnica muy típica de su país en la que él es un auténtico maestro. El plato se servía maridado con un Zarzal 2020, vino blanco de bodegas Emilio Moro, de la D.O. Bierzo. Elaborado con la variedad Godello, es un vino equilibrado en el que el suelo es protagonista.
Como plato principal, Danny Nielsen se decantó por poner a la brasa una picaña (corte de carne de res a la altura de la cadera, que se popularizó por primera vez en Brasil y luego en Portugal, y que en Argentina se conoce como colita de cuadril). Como guarnición, una tartaleta de echalotes, cebolleta y puerro.
Para acompañar el momento carnívoro se sirvió un tempranillo 100% de Ribera del Duero llamado Malabrigo 2018 (lleva el nombre de la finca en la que se cultivan las viñas), de bodegas Cepa 21. Un vino superlativo con una crianza de 18 meses, que tiene más cuerpo, color y estructura por la oscilación climática que experimentan las viñas en el terreno, y que, además, es uno de los favoritos de la jefa de sala. Así que ya saben por dónde irán las recomendaciones de la clásica carta de vinos que tiene el local, en la que también hay referencias canarias, gallegas y de bodegas seleccionadas.
Una tabla de quesos premium sirvió de pre postre para terminar con un brioche casero de canela servido en sartén glaseado con sirope de abedul. Vale la pena detenernos en este detalle, que el propio Nielsen, destacó. El abedul es un árbol de montaña originario del norte de Europa y Asia. Su savia es muy apreciada en otras latitudes y se consume como tónico con múltiples beneficios para la salud. Aunque es un producto costoso, ya que su producción es limitada, se utiliza en gastronomía para aportar notas dulces y matices a recetas, como la de Danny Nielsen, que remató con un goloso helado de caramelo salado.
El brindis final fue todo un descubrimiento digno de apuntar ahora que se acercan fechas de celebraciones. Se trataba de la sidra asturiana de hielo Valverán, que en cada botella encierra el sabor de 20 manzanas que pasan un año en barrica, con lo que se produce una merma del 70%. Lo que queda es auténtico oro líquido, con unos toques tostados y a caramelo irresistibles.
Atravesada la línea de meta de los cinco primeros años, el equipo de Nielsen se ha planteado el desafío de mantener la cocina abierta todo el día. En el callejón del Combate, la puerta se abre a las 13:00 horas para el almuerzo y no se cierra hasta las 22:30 horas, cuando entra la última comanda a la cocina. Pili Acosta asegura que la ciudad “está muy viva y hay mucho turismo” deseoso de probar la gastronomía local y disfrutar del buen clima en su terraza. Además, su propuesta tiene la ventaja de que Danny Nielsen es políglota, y se desenvuelve con soltura en ruso, inglés, danés, sueco, francés y otros idiomas. “A veces vemos gente que se queda mirando en la terraza y cuando Danny les habla en su idioma se sientan de inmediato”, añade la jefa de sala.
El restaurante abre de lunes a sábados y todos los meses lanza una o varias jornadas con productos de temporada o menús temáticos, con los que dan una interpretación gastronómica a eventos de la cuidad o fechas señaladas. Y es que, como sus propietarios apuntan, Santa Cruz tiene hoy una potente oferta gastronómica que hace necesario que los restaurantes generen novedades y reclamos para fidelizar a su clientela.
Preguntado por la clave del éxito de su local, que otros empresarios sueñan con emular, el chef danés se muestra tajante: “Lo más importante es la constancia. De nada sirve crear una receta magnífica si no garantizas que cada día estará al mismo nivel. No se puede renunciar nunca a la excelencia”.
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