Si lo que ponemos en nuestra mesa ha sido cultivado por nosotros mismos o por agricultores de cercanía, sabe mejor, eso está claro. Por eso y por otras razones como la lucha contra el cambio climático, la contaminación, el estrés del día a día e incluso el consumismo, en los últimos años se han potenciado iniciativas, que tienen que ver mucho con nuestro pasado, como los huertos en medio de las ciudades. Se conocen como huertos urbanos, pero precisamente lo que hacen es apartar de la realidad del asfalto, aunque sea por un rato, a los urbanitas.
Son decenas los vecinos de Santa Cruz de Tenerife que han encontrado en estos hueros urbanos una vía de escape, distracción y apuesta por una alimentación más de verdad… y han puesto las manos en la tierra, pero no en el campo, sino en la ciudad.
Esta corriente está ligada al necesario y reclamado impulso del consumo de productos locales y también a la concienciación alrededor de una agricultura ecológica, que dañe menos el medio ambiente y que fomente los valores naturales y socioculturales de la Isla, preservando el legado de generaciones pasadas.
La Asociación Agroecológica y Cultural La Alegría de La Huerta (https://laalegriadelahuerta.org/) es un ejemplo de estas iniciativas verdes. Está formada por la familia Reyes-García y tiene una finca de más de 10.000 metros cuadrados situada en el Barrio de La Alegría, en plena ciudad de Santa Cruz.
La finca, según cuentan sus impulsores, está inscrita en el registro de Productores de Agricultura Ecológica del Gobierno de Canarias desde el año 2012. Es allí donde promueven varias actividades como la enseñanza del cultivo ecológico mediante huertos tutelados, talleres, charlas y diferentes eventos durante el año. Pero la principal oferta de esta asociación son los propios espacios para que cada agricultor/a aficionado/a plante lo que considere dentro de un marco de cultivo ecológico en régimen de tutela.
Además de esta iniciativa, existen otros proyectos que son Huerto Urbano Faro, en El Sobradillo, que es un espacio de convivencia en el que participan diversas entidades que tienen como finalidad la mejora de las relaciones a la vez que se fomentan hábitos que se han perdido en el estilo de vida actual.
Otro ejemplo es el Huerto Urbano en Añaza, que está dirigido por la fundación El Buen Samaritano y que forma parte de un proyecto solidario en el barrio santacrucero, fomentando la participación entre diversos colectivos.
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